La ruta de los monasterios
Monasterio de Monfero
En el lugar en el que se encuentra el Monasterio de Monfero existía un primitivo eremitorio. En 1135, padres Benedictinos fundan este cenobio que, en 1201 pasó a pertenecer a la Orden del Císter. Llegó a albergar setenta monjes, dedicados sobre todo a la vida intelectual, pues fue famosa su biblioteca y célebre su scriptorium.
La edificación que mejor se conserva es el templo, inaugurado en 1655, con su original fachada, caso único de la arquitectura barroca. En el interior se encuentran cuatro sepulcros góticos, de otros tantos señores de Andrade.
De los tres claustros del convento, sólo el primero contiene elementos del primitivo cenobio románico. El segundo es el más interesante ya que empezó a construirse en el siglo XVI bajo la dirección de Juan de Herrera. El tercero no se pudo finalizar a causa de la invasión francesa,
La edificación que mejor se conserva es el templo, inaugurado en 1655, con su original fachada, caso único de la arquitectura barroca. En el interior se encuentran cuatro sepulcros góticos, de otros tantos señores de Andrade.
De los tres claustros del convento, sólo el primero contiene elementos del primitivo cenobio románico. El segundo es el más interesante ya que empezó a construirse en el siglo XVI bajo la dirección de Juan de Herrera. El tercero no se pudo finalizar a causa de la invasión francesa,
Monasterio de Caaveiro
San Juan de Caaveiro está intimamente ligado a la Fraga do Eume.
El documento más antiguo que habla de su existencia data del siglo VIII. Fue uno de los primeros monasterios de Galicia de canónigos regulares.
Sus edificaciones se adaptaban a las desigualdades del terreno y a la falta de espacio, con dependencias subterráneas y muros de contención.
El conjunto contaba con dos porterías, una casa del horno, seis celdas, un cabildo y otras dependencias comunes. Dos iglesias románicas de una planta y de ábside semicircular.
Fuera del recinto estaban las casas de los criados, las caballerizas y el molino.
El documento más antiguo que habla de su existencia data del siglo VIII. Fue uno de los primeros monasterios de Galicia de canónigos regulares.
Sus edificaciones se adaptaban a las desigualdades del terreno y a la falta de espacio, con dependencias subterráneas y muros de contención.
El conjunto contaba con dos porterías, una casa del horno, seis celdas, un cabildo y otras dependencias comunes. Dos iglesias románicas de una planta y de ábside semicircular.
Fuera del recinto estaban las casas de los criados, las caballerizas y el molino.
Breamo
La Iglesia monasterial de San Miguel de Breamo, románica de finales del siglo XII, es un ejemplo único del románico gallego, por su planta de cruz latina, de una sola nave y tres absides semicirculares, y por estar totalmente abovedada, con una singular bóveda cuatripartita en el crucero.